jueves, 1 de noviembre de 2012

Como comenzó todo (Primera parte)

       Cuando era pequeña tuve unos peces pequeños; que se me ocurre que pudieran ser neones; que mi primo me regaló y los cuidaba en una pecera de plástico. Los pobrecillos se me murieron al cabo de poco tiempo por mis nulos conocimientos sobre lo que ellos necesitaban y nunca más tuve la idea de tener peces hasta Enero de 2012. También he de reconocer que jugaba a cogerlos con las manos porque me hacían cosquillas, así que no me extraña que entre una y otra cosa la palmaran.

       A principios de este año fui a casa de una de mis tías y vi que tenía un acuario de 30 litros hexagonal con peces de agua fría de formas redondeadas unos y de formas alargadas otros. Me quedé tan fascinada viéndolos nadar de un lado para otro a los pequeñines, que me dio el gusanillo y quise informarme lo más posible en internet para saber cuáles eran los cuidados de estos. ( Hoy en día sé que mantener 10 goldfish en 30 litros es una barbaridad, pero ella también era nueva).

       Entre las muchas cosas que encontré, buena información y no tan buena, una página que afirmaba que los goldfish no crecían sino hasta 15 cm (falso, falso y falso) y también aprendí sobre el ciclado,  por el cual me conciencié de lo que tenía que hacer antes de meter peces ( ¡primordial!).

       Pese a que mi madre se negaba a que pusiera peces en mi casa, yo estaba decidida y cuando eso es así, me salgo el 99 % de las veces con la mía. Así pues, el 2 de Febrero me decidí a ir a la tienda de animales y miré las diferentes peceras que había y los acuarios; los cuales estaban saladitos para el capital que poseía en ese momento; pregunté por el mantenimiento y me dijeron que podía o bien esperar dos días y ponerlos con agua del grifo y anticloro o bien directamente con agua mineral (¿qué elegirían si fueran nuevos? Yo por lo menos la opción más rápida). Al final me llevé dos Shubunkins; supuestamente Ryukin según la tienda; una pecera de 4,4 litros y grava. (Más me hubiera valido decantarme por el filtro en vez de por la grava que al final solo sirivió para que la guardase....) Y bueno, como era nueva creí en las palabras del vendedor y en todo lo que me dijeron, pues ellos tenía que saber más ya que vendían peces ¿no?  ( Cuidado, la respuesta es no. No siempre).

¡Qué feliz estaba yo con mis dos lindos pececitos!

       Esa misma noche me puse a buscar todo lo que pude sobre los Ryukin, pero me fijé en que no se parecían a los míos
 
                                                              Ryukin (Fuente de la foto)
                                                          Cuerpo redondeado y doble cola


Shubunkin (Fuente de la foto)
Cuerpo alargado y una cola


       Después una amiga me dijo que era malísima el agua de garrafa y que tenía que estar con filtro y yo ya pensando que los había condenado a morir, mis pobrecillos. Al día siguiente llamé a la tienda y me tranquilizó el de la tienda diciendo que no pasaba nada con lo del agua (Ciertamente es otro error, pues el agua está preparada para el consumo humano y por tanto carece de componentes esenciales para los peces o bien tiene de los que les hace daño). Ese día lo único que fui a comprar fue un filtro a una tienda más cercana. El hombre me confirmó que lo que tenía yo eran Shubunkins, como yo suponía ( bendito internet).

       Tras seguir leyendo más acerca de los peces de agua fría, me encontré conque el sitio en el que miré las medidas de estos, estaban erróneas. Los Shubunkins en suposición crecen hasta 15 cm pero todo depende del acuario. Los cometas por ejemplo pueden crecer perfectamente hasta los 30 cm con las condiciones adecuadas. Entonces fue cuando me alarmé, luego vi que por ello era recomendable de 30-40 litros por pez y se me vino el mundo arriba.

¡Tenía dos Shubunkins de 9 cm c/u en una pecera de 4,4 litros y no reales!

Continuará...

Que pases un buen día, lector/a.
Lady Shubunkin.



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